Estaba preparando una nueva entrada con una función más alegre que narrara brevemente la historia de la estrecha relación que he conseguido con el arte de la cinematografía. Sin embargo, no me sentiría bien ignorando los misterios no resueltos planteados por la publicación anterior, así que antes de continuar con temas menos deprimentes o aspectos de mi vida cotidiana, entraré en una introspección que describa las razones que se condensaron en mi recientemente finalizado distanciamiento de las comunidades virtuales hispanas.

Para empezar, debo admitir que repentinamente deje de disfrutarlo, en lugar de un acto de placer el interaccionar con vosotros en los diversos métodos de comunicación en línea comenzó a parecerme una tediosa responsabilidad. No es que comenzará a aburrirme, de hecho aún en los momentos de nula luminosidad me llamaban la atención y me sentía atraído a los debates y la conversación. Era algo diferente e incluso de cierta forma rozando el mundo de lo bizarro. Definitivamente ahora existe un gran: “¿Qué?” en sus cabezas, y con buen motivo. No temáis, al menos a mi parecer la respuesta a esa pregunta es quizá el más interesante descubrimiento de este texto, que debo confesar no esta dedicado tanto a los lectores como a su escritor.

“Pretensión.” Previo calificativo perfecto para mi siempre cambiante personalidad. En todas mis acciones, daba demasiada importancia a la imagen intelectual que se tuviera de mí. De ejemplo perfecto están mi necesidad de recurrir a las corrientes alternativas de las artes y del pensamiento. ¿Mis motivos para escuchar música independiente eran realmente que me agradará hacerlo? ¿Era el disfrute lo que me llevaba a ver cine de autor y animación progresiva? ¿Filosofaba porque me interesará descubrirme o simplemente deseaba parecer “complicado” ante los ojos de los demás? En este momento, gracias a la tranquilidad de la meditación, puedo decir que si, pero hace tres meses mentiría si hubiera dado la misma respuesta.

Lo confieso, parezca o no oxímoron: lo que me incitaba a no encajar era el tratar de encajar. Quería ser parte de lo que consideraba estúpidamente “extraño” creyendo que me rebelaba contra los estereotipos de mi edad. Por suerte, viendo al pasado me puedo reír de lo que equivocado que estaba en casi todos los niveles. ¿Cómo se relaciona esto con que haya dejado de interactuar en Internet?

Como en el tradicional sistema de dibujo infantil, unir con una línea los puntos para darle lógica a la composición final no representa una tarea en extremo complicada y de hecho es bastante simple. Deje de participar por la presión que mi deseo de cumplir las expectativas, probablemente más propias que ajenas, puestas sobre mi no me daba oportunidad para disfrutarlo. ¿Y qué otro motivo tendría para seguir con esto si no me agrada? Sucesos recientes han cambiado este aspecto de mi personalidad, pero dicha historia es digna de una nueva publicación, aquí solo vine a explicar el motivo del abandono no de la reconciliación.

De todas formas, aquí me despido y con motivos de peso: faltan ya menos de 10 minutos para que Satoru Iwata “bomzaldroppenton”. Si, estoy anticipando con emoción la absurda conferencia del presidente de Nintendo en la GDC y además tengo esperanzas de que se revelen datos reales de la consola conocida como “Revolution”. A pesar de que juego más en la PC aún tengo en mi corazón restos infantiles de amor y nostalgia por los padres de Mario. ¿Patético? Sinceramente ya no me afecta, con estas oraciones he finalmente dejado atrás la etapa de mi vida donde la opinión ajena influía en mi presente. Si, aunque este es un regreso tendré que comenzar a darme a conocer de cero. Sigo siendo el mismo y a la vez soy alguien nuevo.

Nota: Este mensaje fue escrito el 23, así que el evento ya termino. No hubo ninguna novedad excitante, pero el anuncio del nuevo “The Legend of Zelda” con gráficas en el estilo de “Wind Waker” para el DS resulto bastante agradable.

Esuchando Ahora: "Another Code Against The Gone" de 65daysofstatic